
Los beneficios de la meditación desde la neurociencia
por Andrea Frontons
por Andrea Frontons
Hace ya un tiempo que me debato conmigo misma entre lo científico y lo contemplativo, un dilema entre el proceder de la tradición de Oriente y la de Occidente y en cómo extraer lo mejor de ambos mundos para vivir una vida más saludable, más equilibrada en un mundo con tantos retos por resolver.
Descubrí a Nazareth Castellanos hace un tiempo, ella es licenciada en Física Teórica y doctora en Neurociencia, lleva más de veinte años dedicada a la investigación científica de la actividad cerebral y dirige un laboratorio que investiga la neurociencia de la meditación y la relación entre el cerebro y el resto del cuerpo. Hace justo un año publicó “El espejo del cerebro”, un libro que recoge los resultados de la neurociencia de la meditación donde se muestran los cambios cerebrales que suceden cuando tenemos una actitud atenta y consciente, cuando meditamos.
Hoy quiero compartiros el resumen de alguno de los capítulos que encontraréis en su libro, e invitaros a leerlo para conocer más sobre nuestro cerebro y cómo la medicina y la filosofía o espiritualidad están interconectadas.
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Nazareth usa las palabras de Kabat Zinn, la actitud del mindfulness es aquella en la que se presta atención al momento sin juzgarlo. Una vuelta a casa que nos invita a saber estar con nosotros mismos.
Cita literalmente que la tradición budista promueve la práctica de la atención plena como herramienta para “despertar” de ese estado de conciencia adormecido según el cual actuamos mayoritariamente bajo automatismos, sin darnos casi cuenta de lo que hacemos, pensamos, sentimos o decimos.
Seguro que más de uno se siente identificado con la idea de hacer y deshacer por automatismos. Ser consciente de ello…
Nazareth describe a la perfección los 4 estados de la meditación para los noveles en este tema;
El meditador principiante pasará gran parte de su sesión en el estado 2. La meditación es un baile entre lo voluntario y lo involuntario.
Son numerosos estudios los que demuestran que a pocas semanas de meditar se producen cambios sustanciales en el cerebro, pero además evidencia que la práctica informal, es decir, aquella que realizamos cuando somos conscientes de lo que hacemos, se produce una reorganización en el cerebro.
Experimentos de Harvard invitan a realizar la tarea que se está haciendo en cuerpo y mente. Si barres, barre. Si lees, lee. Si escribes, escribe y si disfrutas, disfruta. Para ello, el principal ingrediente es aprender a dar cuenta.
Estoy convencida que con este libro disfrutareis, aprenderéis, os conoceréis un poco más y entre aquellos que aún hoy no os estáis beneficiando de la práctica de la meditación, empezaréis a adentraros.
Ser consciente del momento, prestar atención, vivirlo refuerza nuestro cerebro y con ello nuestra salud.
Si además, quieres explicarle a los más pequeños cómo funciona el cerebro y cómo cuidarle, no puedes dejar leerles Alicia y el cerebro maravilloso, también de Nazareth Castellanos.